16.7.25

[diluido]

No sé bien por qué,
pero
pedís perdón.
No estás avergonzado,
ni apenado,
ni mortificado,
–ni verdaderamente arrepentido–,
pero
pedís perdón.
Así, un perdón genérico,
incoloro, críptico,
sin glosa.
Un perdón diluido.

Y te miro.
Y me callo.
Y veo que el silencio
se convierte en un muro.
Y el muro
te oculta,
te borra,
te calla,

y me deja
tranquilo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario