Te miré fijo.
Quería registrar cada palabra,
cada gesto de tu cara en movimiento.
Yo no dije nada. No podía
-sabía que estábamos de despedida-.
Te abrí la puerta y te sonreí
(solo un poco).
Me quedo con el abrazo,
tierno y medido.
Nos soltamos juntos.
Pienso en eso.
Nos soltamos juntos.
Y me quedé solo
sentado
en la vereda.
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