Te dije que era tarde,
que te fueras,
que ya no tenía ganas.
Te dije indiferente.
Y miré para otro lado.
Te dije muchas cosas
(eran obvias):
te dije amarillo,
celoso y ofuscado.
Te dije que te calmes,
y después te dije dominado.
Te señalé con el dedo,
te toqué despacio.
Hice muchas cosas,
pero nunca, nunca,
te dije que sin vos
es todo un espanto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario